jueves, 17 de marzo de 2011
Semillas Zen
EL APETITO TAMBIÉN ES UN DON
Al finalizar uno de los encuentros de zazen que tuvo lugar en mi templo durante el verano, acompañé en coche al maestro Zen Kosho Uchiyama para despedirme de él en la estación: Una monja que estaba sentada al lado del conductor exclamó. "Oh, las manzanas ya están poniéndose rojas!" y "Qué buen aspecto tienen los tomates!"
El maestro Uchiyama, que la escuchaba desde el asiento trasero, sonrió y murmuró. "Por mucho que disfrutes contemplando la comida, si no te vieses agraciada también con el don del apetito, te verías en un aprieto, ¿no es cierto?"
Me quedé muy sorprendida cuando escuché aquello. Había dado por sentado que siempre tendría apetito y que podría comer en cualquier momento. ! Así que el apetito también era un don ! Me vino a la mente la cantidad de platos deliciosos que podrían colocarse en la cabecera de un enfermo grave, con la idea de que al comerlos se recuperaría. Sin embargo, por mucho que se anime a una persona a comer, si carece del elemento fundamental del apetito, no será capaz de comer ni siquiera un grano de arroz. Y a la inversa, con buen apetito, podremos alimentarnos con sólo una ligera sopa de arroz y sal de sésamo.
Sin importar el que tengamos comida o no, nunca debemos olvidar el gozo de tener apetito.
SHUNDO AOYAMA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario