
se le llama lo misterioso femenino.
Aunque se convierta en todo el universo,
su pureza inmaculada nunca se desvanece
Aunque asuma incontables formas,
su verdadera identidad se mantiene intacta.
La puerta a lo misterioso femenino
se llama la raíz de la creación.
Escucha su voz,
oye su eco en toda la creación.
Infaliblemente, rebela su presencia.
Infaliblemente, nos lleva a nuestra propia perfección.
Aunque es invisible, lo soporta todo;
nunca se extinguirá.
DYER
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