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martes, 27 de abril de 2010

Belén Esteban y el porqué de la telebasura

El mundo atraviesa una crisis económica sin precedentes comparable sólo con el crack del 29 y la crisis del petróleo de los años 70. Esta crisis que muestra luces verdes en los vecinos europeos sigue incidiendo en la débil economía española que, según muchos economistas, no levantará el vuelo hasta dentro de unos años. Esta situación, paradójicamente, favorece a muchos sectores y empresas multinacionales. Sin ir más lejos, a las cadenas de televisión. Desde que comenzó esta crisis, Telecinco incrementó sus cifras de audiencia considerablemente, gracias, en parte, a un formato nuevo: Sálvame, heredero del famoso: Aquí hay tomate, pero con un factor añadido Belén Esteban.
Belén estaba desaparecida y derrotada televisivamente hablando hasta que llegó a Sálvame. Curiosamente, no es la primera vez que se recurre a este tipo de personajes para tapar las debilidades económicas y políticas de un país. Esta fórmula es propia de Sudamérica y de sistemas dictatoriales. Ya los romanos diseñaron la estrategia de "Pan y circo" para todos. El emperador Julio César mandaba distribuir trigo y regalar entradas a los circos para distraer al pueblo de la política. Esta estrategia ha sido seguida por Telecinco a sabiendas que en tiempos difíciles el pueblo opta por la distracción. El pan se refleja en los concursos que incitan a mandar mensajes para regalar desde casas hasta 30.000 euros en compras. El circo, parece innecesario repetir lo ya por todos conocido se denomina Sálvame. Dentro de este espacio, es destacable, la señora Belén Esteban quien osa autodenominarse “la voz del pueblo”. Comenzó su andadura en esta creación hablando sobre su vida privada y terminó dando discursos políticos de corte terriblemente populista, o mejor dicho, populachero para atraer a más audiencia. No interesa una audiencia reflexiva, sino sumisa. Por eso, los discursos políticos se siguieron entrelazando con las noticias de corazón y las barbaridades del resto de colaboradores que entre risas pedían su candidatura a la presidencia del Gobierno. Esto sería una anécdota más si no fuese porque son muchos los que comporten que un personaje con estos tintes cómicos y demagógicos ascienda al poder. No seamos ilusos de pensar que sea esta señora, pero sí alguien de similar pensamiento y condición.
En Telecinco el circo está garantizado. Periodistas, aparentemente serias se suben al carro del sensacionalismo para evadir al pueblo de la realidad que nos rodea absorbiendo todo intento de reflexión. La cadena del ultraderechista Berlusconi quien impone en Italia estos mismos métodos, parece conocer lo que la gente demanda en tiempos de crisis. La fórmula del "Pan y circo para todos" lejos de ayudar a una España sumisa en una crisis no sólo económica, sino también política y cultural nos estanca en el tiempo impidiendo mirar hacia adelante, mientras Europa sigue caminando hacia el futuro.

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