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sábado, 21 de mayo de 2011

Día de Reflexión

Pancarta colocada en un andamio de la Puerta del Sol. / Luis Díez




¿Quién quiere una jornada de reflexión cuando puede tener una semana entera? La Junta Electoral y sus secuaces -esos que se escandalizan imaginando otra manifestación la víspera de las elecciones o piden desalojar la Puerta del Sol el sábado- ¿qué entienden por reflexión? Nadie ha hecho reflexionar más a los gobernantes que esos ciudadanos acampados en el corazón de España. Y no sólo ellos. Todos fuimos convocados a reflexionar el domingo pasado, cuando los ciudadanos dijeron basta y una frase: “No somos mercancía en manos de banqueros y políticos”.
Lo único interesante de esta campaña electoral está pasando en la Puerta del Sol. No es que el listón de la enjundia política se hallara muy alto, pues los dos partidos tradicionales, animosos en su atonía, cumplían de forma ritual su gran ambición política: llevar la banalidad de sus discursos hasta el último rincón de España. Sin desfallecer un segundo, han inoculado el tedio más completo en el ánimo de los votantes, para que votaran sin pensar o se abstuvieran sin darle más vueltas. Y en esto llegó el movimiento Democracia Real Ya. Y todo el mundo se puso a reflexionar. Literalmente. Fuera de nuestro país, se habla de nosotros, y esta vez no es por una décima en el diferencial con el bono alemán. ¿No merece esto una reflexión?
No hay nada tan estimulante para el pensamiento como observar el giro dado al esquema clásico de las campañas. En lugar de líderes que pasean hablando a los ciudadanos, los ciudadanos han tomado la palabra y quieren que el poder se siente a escuchar: un mitin invertido. Eso sí incita a la reflexión. Por el contrario, sacralizar la jornada electoral no garantiza una mejor democracia; en el mejor de los casos, busca coartar a los ciudadanos que se manifiestan pacíficamente. En Gran Bretaña, democracia modélica, los partidos entregan octavillas de propaganda a los votantes en la misma puerta del colegio, el día de las elecciones. Que la Junta Electoral, presunta encargada de velar por la pureza de las elecciones, tuviera la desfachatez de decir en Madrid que la petición de voto responsable “puede afectar a la campaña electoral”, es la prueba definitiva de que quieren seguir tratándonos como lo han hecho los partidos en la campaña, como menores de edad. Como irresponsables que no reflexionan. Pero no. Esta va a ser la campaña más reflexiva de los últimos treinta años.

1 comentario:

  1. QUERIDA MARIPOSA,LLEVABA MUCHO TIEMPO SIN ENTRAR...PÈRFECTO ESTE TRABAJO.AÑADIRIA SI ME LO PERMITES.....MUCHO CHORIZO..PARA TAN POCO PAN (SEAN DEL SIGNO QUE SEAN, TODOS EN UNA COSA SON IGUAL..EN TENER PREBENDAS,PUESTAS POR ELLOS MISMOS.Y EN ESO ,SIEMPRE SE PONEN DE ACUERDO)...BESITOSSSSSS

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