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viernes, 21 de octubre de 2011

Tradición en Salamanca








El Mariquelo y la subida a la torre de la Catedral Nueva

Todos los años, el 31 de octubre, Angel Rufino de Haro, “El Mariquelo”, sube a la torre de la Catedral Nueva de Salamanca. Este acontecimiento se corresponde con una tradición nacida en 1755, a raíz del terremoto de Lisboa que se dejó sentir en Salamanca. Los salmantinos se refugiaron en la Catedral y dice la leyenda que las campanas, por efecto del seísmo, comenzaron a tañer solas.La torre de la Catedral quedó ligeramente inclinada desde entonces, hecho que no se aprecia a primera vista.
El Cabildo catedralicio instauró desde entonces una tradición para ese mismo día, en el que las campanas comenzarían a tocar para rogar a Dios que no ocurriera de nuevo otra tragedia similar. Además, una persona subía al pináculo de la torre para comprobar que la inclinación no había aumentado.
La familia que vivía dentro de la Catedral y estaba encargada de las campanas era conocida popularmente como “Los Mariquelos”, cuyos descendientes siguieron cumpliendo la tradición hasta 1976, fecha en que el último la realizó.
Es Angel Rufino el que rescata la tradición en 1985, bautizándose a sí mismo con el sobrenombre de dicha familia. Año tras año se encarama a la Cúpula vestido con el traje charro y pertrechado de su gaita y su tamboril. Al llegar a la cima, toca una charrada compuesta por él mismo titulada “Charrada de la Catedral”. Su finalidad, en sus propias palabras, es transmitir un mensaje de paz y alegría y es por ello que algunos años suelta una paloma blanca desde la torre. Suele estar acompañado, en el suelo, por asociaciones de cultura típica charra, bailes charros, dulzaineros y tamborileros.
El mejor lugar para poder observar su ascensión es la Plaza de Anaya.

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